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Una mirada al Male Gaze

Cuando las mujeres en el cine no son protagonistas ni de sus propias historias

Poster Blancanieves

En el cine, las mujeres han sido vistas, pero no siempre han sido contadas desde su propia voz. Ahí entra el male gaze (mirada masculina), una perspectiva que no solo fragmenta los cuerpos en pantalla, sino que también define las historias. No es solo la típica sexualización—los planos cerrados sobre el cuerpo, la cámara deslizándose sobre la piel como un observador invisible—sino una narrativa que convierte a las mujeres en adornos, trofeos o catalizadores del viaje emocional masculino, incluso en películas donde la mujer es protagonista.

A lo largo de la historia del cine, hemos visto este fenómeno en películas de directores como Darren Aronofsky (Réquiem por un sueño), Gaspar Noé (Love), Abdellatif Kechiche (La vida de Adèle) y, en ciertos casos, Quentin Tarantino (Death Proof). Han sido criticados por construir personajes femeninos que parecen complejos, pero que en realidad están filtrados por una visión masculina del sufrimiento o el deseo. Muchas veces, el male gaze se disfraza de profundidad, cuando en realidad solo es una variación de lo mismo.

En contraste, el female gaze ofrece otra forma de ver y contar. No es simplemente invertir los roles, sino narrar desde la experiencia femenina sin necesidad de validación externa. Directoras como Céline Sciamma (Retrato de una mujer en llamas), Julia Ducournau (Titane), Sofia Coppola (Lost in Translation) y Charlotte Wells (Aftersun) han demostrado que es posible mostrar mujeres en el cine desde su propia subjetividad. Sus películas no observan a sus protagonistas; las acompañan. La cámara no las expone, sino que las deja existir en su propio tiempo y espacio, sin la urgencia de explicarlas para una audiencia masculina.

Ficha técnica
  • Título original: Anora
  • Título en español: Anora
  • Año: 2024
  • Duración: 138 min.
  • País: Estados Unidos
  • Dirección y guion: Sean Baker
  • Música: Matthew Hearon-Smith
  • Fotografía: Drew Daniels
  • Reparto: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan, Yuriy Borisov.

Pero hay directores hombres que han logrado alejarse del male gaze. Wong Kar-wai (Deseando amar), Denis Villeneuve (Arrival) y Xavier Dolan (Mommy, Laurence Anyways) han demostrado que es posible construir personajes femeninos ricos, con agencia y profundidad, sin reducirlos a objetos de contemplación. Dolan, en particular, ha sido elogiado por su sensibilidad al retratar la feminidad como una vivencia interna, en lugar de un concepto moldeado por el deseo masculino.

En el contexto latinoamericano, Laura Mora se ha consolidado como una de las directoras más interesantes del momento. Con Matar a Jesús (2017), logra un retrato íntimo y brutal de la venganza y la desigualdad en Colombia, sin caer en clichés. En Los reyes del mundo (2022), su cine adopta un tono más poético, explorando la marginalidad y la búsqueda de un lugar en el mundo a través de un grupo de jóvenes desplazados. Mora rompe con la mirada masculina dominante al construir personajes femeninos y masculinos desde su complejidad emocional, alejándose de los estereotipos y ofreciendo una narrativa donde la feminidad no es una proyección del deseo masculino, sino una experiencia vivida desde dentro.

Anora: La trampa del falso protagonismo

Y es aquí donde llegamos a Anora, la película de Sean Baker que ha sido aclamada y debatida en partes iguales. Desde el inicio, la historia parece girar completamente en torno a su protagonista, presentándola como una mujer fuerte y carismática.

Baker construye un relato que, a simple vista, parece poner a Anora en el centro, pero su narrativa la mantiene atrapada en una ilusión de protagonismo. La cámara la sigue, sí, pero lo hace desde la periferia de su propio relato, filtrando cada una de sus acciones a través de la mirada masculina que la rodea. ¿Es Anora un personaje con agencia o simplemente el reflejo de lo que los hombres proyectan sobre ella?

La película recurre constantemente a la idea de la mujer como espectáculo, como si su existencia solo pudiera justificarse en función de cómo afecta a los demás. Incluso cuando parece tomar las riendas de su destino, la historia se encarga de recordarle que su poder nunca es realmente suyo: está condicionado por el deseo, el castigo o la salvación impuesta por los hombres en su vida. Y esto no sería un problema si la película al menos problematizara esta dinámica, pero, en cambio, la perpetúa bajo el disfraz de una historia moderna e “irreverente”.

Poster Blancanieves

Lo frustrante es que Anora pretende ser una película que desafía convenciones, cuando en realidad solo refuerza el viejo truco del male gaze maquillado de frescura y actualidad. No se trata de que todas las películas deban ofrecer un modelo de empoderamiento, sino de que, al menos, sean conscientes de los relatos que están reproduciendo. Anora nos vende la imagen de una protagonista independiente, pero le niega la posibilidad de existir fuera de la mirada que la define.

I'm Still Here: Un contrapeso al male gaze

Para entender cómo una historia puede ser realmente protagonizada por una mujer sin caer en la trampa del male gaze, basta con mirar I'm Still Here, la película brasileña que ofrece un enfoque radicalmente distinto al de Anora. Aquí, la protagonista no es un objeto de contemplación, sino el eje sobre el cual gira la narrativa. La cámara no la sigue como un ente externo que la estudia, sino que la habita, permitiéndonos experimentar su mundo desde dentro.

Mientras que en Anora la protagonista parece existir solo en función de cómo la ven los demás, I'm Still Here le da el espacio para ser, para pensar, para existir sin que su valor dependa de la validación masculina. La película construye su subjetividad sin necesidad de subrayarla, mostrándola en sus momentos de vulnerabilidad, fortaleza y duda sin imponer una mirada ajena sobre ella. Es un recordatorio de que contar historias sobre mujeres no significa solo ponerlas en pantalla, sino permitirles una existencia real dentro de la narrativa.

Ficha técnica
  • Título original: Ainda estou aqui
  • Título en español: Todavía estoy aquí
  • Año: 2024
  • Duración: 137 min
  • País: Brasil
  • Dirección: Walter Salles
  • Guion: Murilo Hauser, Heitor Lorega.
  • Adaptado de: Marcelo Rubens Paiva.
  • Música: Warren Ellis
  • Fotografía: Adrian Teijido
  • Reparto: Fernanda Torres, Selton Mello, Fernanda Montenegro, Luiza Kosovski, Bárbara Luz

El cine que necesitamos: Más allá de la ilusión de independencia

Mientras la industria continúe promoviendo películas que camuflan el male gaze bajo una estética contemporánea y un toque de progresismo, las historias de mujeres seguirán viéndose atrapadas en narrativas que no les pertenecen. La verdadera revolución no es llenar el cine de personajes femeninos fuertes, sino cambiar el punto de vista desde el cual se cuentan sus historias. No se trata de añadir representación sin cuestionar el molde, sino de deconstruirlo y construir algo nuevo.

El cine que necesitamos no es aquel que pretende redimir el pasado con gestos superficiales, sino aquel que nos desafía a mirar de otro modo, a contar de otra manera. No se trata solo de sumar más mujeres en pantalla, sino de devolverles su propia mirada, su propia voz. Porque el problema nunca ha sido la ausencia de mujeres en el cine. El problema ha sido quién cuenta las historias y cómo lo hace.

Si te interesa seguir explorando estas perspectivas en el cine, mantente atento a nuestro magazine digital Inusual. Muy pronto comenzaremos a publicar ciclos de cine temáticos para quienes buscan nuevas formas de ver y descubrir películas más allá de lo convencional.

Daniela Anaya Robayo

Daniela Anaya
Robayo

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Maestra en Artes Audiovisuales.

Creadora de este espacio, amante del cine, las palabras y los silencios incómodos. Escribe para entender el mundo y contarlo desde lo íntimo.

Gracias por llegar hasta aquí.

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¡Me encantaría leerte y saber lo que opinas!

  • Laura Cortés

    Fui a las salas de cine a ver estas dos películas que abordas, Anora y Ainda estou aqui con la ilusión de encontrarme y conectarme a la historia de estas dos mujeres. Sin embargo, con Anora no fui así, siento que desde la experiencia femenina es mucho más claro cómo el male gaze impacta en la conexión o desconexión que una pueda tener con la historia.
    Me encantó tu análisis, siento que es muy importante seguir hablando de esto y pedir mejores representaciones de las mujeres en la pantalla grande.

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