...

Volver a soñar Mulholland Drive

"Será como en las películas: fingiremos ser otra persona"

Poster mullholland

Anoche volví a verla. Por quinta vez. Mulholland Drive.
Esa película que, sin importar cuántas veces la veas, te vuelve a desarmar. Esta vez la vi en cine, acompañada de amigos, algunos cineastas, otros no. Y entre la oscuridad de la sala, el silencio y una experiencia diferente y totalmente envolvente, sentí que volvía a ese lugar donde, por varios años, me quise quedar.

La primera vez que vi Mulholland Drive fue en segundo semestre de Artes Audiovisuales. Era una estudiante de cine demasiado comprometida, y salí… preocupada, jaja. La película me encantó, pero me sentí tan perdida que pensé: “¿Esto es lo que esperan que haga?” Era de mente creativa, pero nueva, sensible y, aunque no lo sabía aún, estaba ante una obra que iba a acompañarme en lo que llevo de vida.

Volví a verla de nuevo tiempo después de la muerte de mi mamá. Entre más la veía, más me encantaba. No necesitaba verla completa para disfrutarla. Muchas veces me bastaba con repetir una y otra vez algunas escenas. Intenté decodificar cada símbolo, cada gesto, cada espacio entre palabras. Me obsesioné. Sentía que Lynch me había dejado pistas por todos lados y yo necesitaba buscarlas.

Después de —según yo— entenderla de principio a fin, comprendí algo: no se trata de resolver el enigma. Mulholland Drive no es un rompecabezas con una sola forma final. Es como intentar despertar por la mañana y explicarte cada uno de esos sueños extraños que a veces tienes… perderás el tiempo.

Verla anoche con amigos que no la conocían fue un regalo. Ver sus caras de desconcierto, sus risas nerviosas, sus intentos de entender lo inentendible, fue hermoso. Cada giro, cada nuevo personaje, cada silencio les provocaba miradas entre sí que sumaron al valor de la boleta. Y al final, solo quedaba la risa. Esa risa hermosa que surge del desconcierto compartido.

La escena del Club Silencio… uf, esa escena.
"Il n’y a pas d’orchestre" (para practicar mi francés)
. En el momento en que la cantante Rebekah Del Rio, después de esa interpretación perfecta de Llorando, cae al suelo mientras su voz sigue sonando, es el momento en el que caigo siempre, totalmente arrullada por Lynch en un sueño que me gusta, aunque sepa que es solo eso. Justo ahí también es cuando el sueño comienza a romperse. Ahí es donde todo cambia. Donde Lynch nos agarra de la mano para empujarnos directamente al abismo.

Y entonces… la caja. La llave azul. El cambio.
Ya no estamos con Betty. Ahora es solo Diane.
Y entendemos que todo aquello —el talento desbordante, el amor perfecto, la oportunidad soñada— era solo eso: un sueño. Porque la realidad es otra. La realidad es un cuarto húmedo, la cama sin hacer, el fracaso, la culpa, el asesinato por encargo.

Ficha técnica
  • Título original: Mulholland Dr.
  • Título en español: El camino de los sueños.
  • Año: 2001
  • Duración: 147 min.
  • País: Estados Unidos
  • Dirección y guion: David Lynch
  • Música: Angelo Badalamenti
  • Fotografía: Peter Deming
  • Reparto: Naomi Watts, Laura Elena Harring, Justin Theroux, Ann Miller, Robert Forster.

La industria

Nunca he estado en Hollywood. Lo que sé lo aprendí viendo películas, leyendo artículos, escuchando historias y aprendiendo de algunos directores que me gustan. Pero no hace falta cruzar el continente para entender esta industria. Este sistema —incomprensible, arbitrario, caprichoso— también lo vivimos en Colombia, y seguramente en cualquier lugar donde exista la industria. Donde el ego es nuestra herramienta y también nuestra condena. El orgullo es motor, pero también sombra. Todos soñamos con contar nuestras historias, pero nos estrellamos una y otra vez con las puertas cerradas, la falta de oportunidades o las terribles historias que inventamos. Lynch nos conduce a través de esta genuina sensación a través del director obligado, la actriz fracasada, la envidia y el poder. Diane parece ser un espejo de la labor. Un personaje que lo dio todo, que soñó demasiado fuerte, que amó demasiado intenso, y que un día despertó con la angustia de no haber logrado nada.

Me gusta escuchar más que hablar cuando he repetido una película varias veces, porque es una forma de volverla a ver desde otros ojos. Normalmente, hay un tema que poco se toca al salir de ver esta película, y es el amor. El amor de Diane por Camilla. Un amor que se mezcla con la envidia, con los celos, con el deseo de reconocimiento. Camilla es la estrella que Diane no logró ser, la mujer que le roba los papeles y el corazón.

Y entonces, llega el engaño

Y entonces el dolor se transforma en rabia.
Y la rabia en venganza.
Y la venganza en culpa.
Y la culpa, finalmente, en muerte.

Esta parte de la película no tiene giros ni claves ocultas. No necesita teoría. Solo requiere haber amado mal alguna vez.

Poster mullholland

Nada de esto tendría el mismo peso sin el montaje. Ese ritmo extraño, hipnótico, que te arrastra sin darte tiempo a procesar, es lo que termina sosteniendo toda la experiencia de Mulholland Drive. No se busca claridad narrativa ni estructura tradicional. Lynch construye la película como si montara la memoria emocional de un personaje, y en ese proceso, lo que importa no es tanto la coherencia como la sensación, en esa lógica fragmentada con Kuleshov por todos lados. Definitivamente, fue con esta película donde lo entendí más allá de la teoría. De cómo una imagen puede alterar completamente el sentido de otra dependiendo del orden, del ritmo, de la pausa, del contexto emocional. Lynch es un genio en el tema y lo usa con todo: con miradas, con gestos, con objetos, con atmósferas.

Para mí, el montaje es su gran herramienta de manipulación emocional, pero no lo hace con trampa, lo hace con una precisión que se siente casi intuitiva. Me dejo llevar. Y eso se vuelve aún más evidente con la música. En Mulholland Drive, la música no acompaña, realmente habita. Las composiciones de Angelo Badalamenti son tan poderosas que muchas veces sentimos que los planos están construidos para que la música guíe por completo —al menos más que el guion—.

Desde el montaje ya sentimos su presencia, como ocurre también en Twin Peaks. Esa sensación de que el tiempo está roto, de que los sucesos no se explican, sino que se sienten. Es un montaje que se arriesga a romper con todo lo que se espera de una estructura clásica para entrar en otro plano, uno donde el relato ocurre en el inconsciente.

Y creo que, después de todo, lo que más me queda cada vez que la veo es que Lynch no hizo Mulholland Drive para que entendamos una historia. La hizo para que entremos en un estado. Uno extraño, incómodo y que cuestiona. Uno donde las emociones pesan más que los hechos, donde la lógica se desdibuja y todo se siente como un recuerdo difuso del sueño que alguna vez tuvimos, aunque ni siquiera haya pasado. Y tal vez por eso sigue siendo tan poderosa para mí. Porque no importa cuántas veces la vea, siempre termino preguntándome cosas nuevas. No precisamente sobre la trama, sino sobre mí. Sobre lo que me hace sentir, sobre todo lo que me hace pensar, sobre cómo la vivo hoy y cómo la viví hace años.

Daniela Anaya Robayo

Daniela Anaya
Robayo

Instagram Linkedin

Maestra en Artes Audiovisuales.

Creadora de este espacio, amante del cine, las palabras y los silencios incómodos. Escribe para entender el mundo y contarlo desde lo íntimo.

Gracias por llegar hasta aquí.

Déjame saber lo que piensas dejando un comentario.

¡Me encantaría leerte y saber lo que opinas!

  • Christian.

    Daniela.

    Gracias por la recomendación. Ciertamente más que una película, es una experiencia. La puerta para entrar en un trance de introspección sensorial y emocional, el cual, no debemos entender.

    Lá música en esta película es el hilo conductor del ritual, de ahí radica la importancia del silencio. “¡No hay banda! y sin embargo, oímos una banda” mientras Badalamenti sigue interviniendo y Lynch nos sigue vendiendo la falsa idea de tener el control al poder escoger los instrumentos que escuchamos… efectivamente a partir de aquí – con los truenos y el transe de Betty – si aún no lo hemos entendido, nada tiene sentido pero al mismo tiempo, todo lo tiene.

    ¿Has pensado que Rebekah Del Rio realmente estaba haciendonos un lipsync?.

    Disfruté esta película. Ciertamente adelantada a su época, a pesar de ser tan solo del 2001. El manejo de las orientaciones sexuales, el erotismo, la sensualidad de sus escenas (incluyendo la escena dentro de la escena de Betty con Jimmy Katz) y la crudeza de la industria, realmente me cautivó.

    Cuídate mucho.

    G.

  • Camilo P.

    ¡Que chimba! Anoche la vi por primera vez, y sentí totalmente ese silencio envolvente, el suspenso se tomó literalmente la sala de cine. Habiendo personas que la veían por primera vez maravillados, personas que la veían por segunda, tercera o hasta cuarta vez, buscando y descifrando la peli, o gente que simplemente quería verla, disfrutarla y de paso jeje ver la reacción de aquellos que la ven por primera vez.

    No voy a mentir, es inevitable sentir esa sensación de incertidumbre y desconcierto con lo que está pasando frente a tus ojos, y cómo tu mente trata de descifrar y conectar lo que tienes delante. Pero cómo dices es algo placentero tanto para el que lo siente cómo para el que lo presencia.

    En el momento que mencionas cómo pasa ella del engaño al dolor, luego a la rabia, la venganza, la culpa y por último la muerte… diablos… Los sucesos y el orden en que nos los presentan, camuflan por completo estando frente a nuestros ojos, no es cuestión de entender el misterio, es entender la metáfora que el misterio esconde tras de si… entender los sentimientos del prota, viendo lo que está pasando en su mente y cómo se convierten en acciones… que locura jeje. Todos los personajes muestran una parte de su mente y pensamientos, de los cuales tenemos cierta idea hasta el momento en que dejamos de buscar entenderla y comenzamos a ver los personajes cómo un ideal utópico.

    PD: Gracias por abrir este espacio al mundo y permitiendo a las personas expresarse de esta manera <3

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Seraphinite AcceleratorOptimized by Seraphinite Accelerator
Turns on site high speed to be attractive for people and search engines.